En el ámbito educativo se han suspendido las clases presenciales, sin horizonte previsto de reactivación de la docencia en la forma tradicional preventiva. Esta crisis, desconocida en su profundidad y extensión, hace necesario el replanteamiento de la forma de llevar a cabo la Misión de nuestro centro. En los primeros momentos las respuestas se han centrado en la habilitación de herramientas y cauces para el mantenimiento del proceso educativo y la coordinación docente mediante la formación on-line, asegurando el contacto con los alumnos y sus familias. Todo ello se ha hecho en el contexto de una indefinición normativa en relación con los contenidos y la forma de impartir los conocimientos. De igual forma se han tomado decisiones urgentes en la gestión.
Debe pensarse y planificarse en la perspectiva de que la suspensión de actividades presenciales se mantenga en el tiempo, al menos, hasta principios del mes de junio. No es suficiente una respuesta basada únicamente en las actividades lectivas no presenciales. Es necesario ir más allá, atendiendo a la persona (alumnos, familias, profesores, personal no docente) en su integridad y dando a conocer cómo afrontamos esta crisis.
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